EL CAMINO DE LA VIDA

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EL CAMINO DE LA VIDA. - Every day you may make progress. Every step may be fruitful. Yet there will stretch out before you an ever-lengthening, ever-ascending, ever-improving path. You know you will never get to the end of the journey. But this, so far from discouraging, only adds to the joy and glory of the climb. - Sir Winston Churchill.

lunes, 2 de marzo de 2015

Kind of Blue”, de Miles Davis.

Siendo muy jovencillo descubrí que me gustaba el jazz.  No entendía bien qué clase de música era esa, pero encontraba al principio intrigante y luego placentero el sumergirme en esos ritmos confusos, llenos de melodías sugerentes, en los que se respiraba una gran libertad.  Había una estación de radio, llamada “Top 12” en la que pasaban música de jazz.  Mi papá tenía algunos discos y don Édgar Pacheco, el papá de Eduardo, mi querido amigo y compañero de colegio, mencionaba la música de jazz de vez en cuando, si no es que la escuchaba a cierto volumen en la sala de su casa.  Comencé a conocer algunos de los nombres importantes y me fui poco a poco aficionando, cada vez con algo más de conocimiento, a ese género.

Fue así como supe de Miles Davis (1926-1991), uno de los grandes del jazz, a la altura de músicos famosos como Duke Ellington (1899-1974), Louis (“Satchmo”) Armstrong (1901-1971), Charlie (“Bird”) Parker (1920-1955) o John Coltrane (1926-1977).

Se cumplen 23 años de la muerte de Davis y 56 de la grabación de “Kind of Blue”, uno de los hitos del jazz moderno, con ventas de varios millones de copias.

Miles grabó el disco para el sello Columbia, acompañado de John Coltrane en el saxofón, Paul Chambers (1935-1969) en el contrabajo, Julian "Cannonball" Adderley (1928-1975) en el saxofón alto, Jimmy Cobb (1929-) en la batería y Bill Evans (1929-1980) al piano.

El disco consta de las siguientes piezas: “So What”, “Freddie Freeloader”, “Blue in Green”, “All in Blue” y “Flamenco Sketches”.  Se dice que el disco fue grabado en un solo día de trabajo, que cuatro de las cinco piezas fueron compuestas esa misma mañana por Miles Davis y que todas, menos una, necesitaron apenas una ejecución antes de quedar grabadas.  El resultado es que “Kind of Blue” fue el resultado de apenas dos mañanas de improvisación.

La obra es realmente importante, porque más que un gran disco de jazz, “Kind of blue” es “el disco de jazz”: la esencia de una música evasiva y perpetuamente cambiante.   Para muchos que recién se inician en el jazz, el álbum sigue siendo una buena puerta de entrada.  Como dice un autor:

Davis (…) alumbró una obra largamente meditada, rápidamente materializada, eternamente valorada, que se titulaba “Kind of Blue”.  Un disco con el que para siempre se varió el curso de los acontecimientos de la historia del jazz.  Fue una obra que los especialistas consideran trascendental porque representa la consolidación del lenguaje modal y la apertura al libre albedrío de la improvisación, al libre albedrío de la composición ya alejada de los compositores que, hasta unos pocos años antes, habían considerado el jazz como un género de blancos y, en fin, el libre albedrío para abrir unas puertas que necesitaban la entrada de aire fresco.  Aire que auguraban los enormes cambios que estaba viviendo el país.  Todo esto, desde la perspectiva que ofrece el tiempo, convierte este álbum en una obra de arte y un referente que ocupa el candelero de los mejores discos de la historia de jazz.

Otro autor nos dice:

Parte de la fama creciente y transgeneracional del álbum deriva indiscutiblemente de la mística del propio Davis: suelto, constantemente inspirado y prolífico, es el Picasso del jazz.  (…)

Su fascinación por la obra del compositor francés Maurice Ravel y el compositor ruso-armenio Aram Khachaturian lo habían hecho apreciar al Evans de dedos livianos y formación clásica sin el cual los matices etéreos de “Kind of Blue” sencillamente no habrían existido.  El trabajo de estos compositores también llevó a Davis a explorar modos y escalas diferentes de los establecidos desde siempre en la música occidental (de ahí la expresión “jazz modal”).
(…)

Como otras obras maestras modernas –una pintura de Stuart Davis, una película de François Truffaut, un Bugatti de 1939– “Kind of Blue” desafía la categorización fácil, la explicación que buscan la claridad de lo obvio. Representa una estética más amplia, intemporal, para la cual la música es una búsqueda constante, que debería ser siempre cambiante y así debe ser el músico; que la expresión del genio está en el momento; que, con el gran jazz, una sesión es todo lo que un maestro necesita.


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