EL CAMINO DE LA VIDA

EL CAMINO DE LA VIDA
EL CAMINO DE LA VIDA. - Every day you may make progress. Every step may be fruitful. Yet there will stretch out before you an ever-lengthening, ever-ascending, ever-improving path. You know you will never get to the end of the journey. But this, so far from discouraging, only adds to the joy and glory of the climb. - Sir Winston Churchill.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Charlotte Rampling.

Charlotte Rampling es una actriz de lujo, que ha trabajado con algunos de los grandes directores (como Lucchino Visconti, Sidney Lumet, Liliana Cavani, Woody Allen, François Ozon, Lars von Trier) y actores del cine (como Dirk Bogarde, para citar un caso luminoso).  Sus películas siempre tienen importancia y algunas de ellas han sido, por lo demás, muy controversiales. 

Pasó de mujer bellísima en su juventud a actriz de carácter en la actualidad, con roles que rayan en la excentricidad, como cuando se enamoró de un mono, o buscaba sexo de alquiler en Haití, o sostuvo una relación sadomasoquista con un gendarme nazi

Tiene una mirada fría, casi glacial ("the look" la llamaba Bogarde), la cual utiliza con maestría para poner a sus personajes a cierta distancia respecto a los demás y, por ende, para hacerlos esencialmente distintos y, por ello muy especiales (como la ex-prisionera en “Portero de noche” o la suegra en "Melancholia" o la madre de la duquesa en "The Ducchess").  No obstante esa distancia –o quizá a causa de ella– sus personajes resultan ser inolvidables.  Me parece que esa mirada la pone en una dimensión especial en las tramas de sus películas, no obstante lo complicadas o terribles sean.

Como dice el amigo Dino Starcevich: una actriz interesante.  A mí me parece, más aún, fascinante.

jueves, 22 de marzo de 2012

"Ubuntu", una historia interesante.

Me enteré sobre cierto antropólogo estudiaba los hábitos y costumbres de una tribu en África.  Debido a que siempre estaba rodeado por niños de la tribu, llenos de curiosidad por su trabajo, decidió hacer algo divertido para probar sus hábitos como grupo.  Consiguió una buena cantidad de caramelos en la ciudad y los puso todos en una canasta decorada con cintas y otros adornos.  Luego, dejó la canasta debajo de un árbol a cierta distancia del centro ceremonial de la villa.

Llamó a los niños y les propuso un juego: que cuando él dijese "¡Ahora!", ellos deberían correr hasta aquel árbol y el primero que llegase a la canasta sería el ganador, y tendría derecho a comerse todos los caramelos él solo. 

Los niños fueron colocados en fila, a la espera de la señal acordada.  Cuando dio la señal, Inmediatamente todos los niños se tomaron de las manos y salieron corriendo juntos hacia la canasta.  Llegaron juntos, y comenzaron a dividir los caramelos, y sentados en el suelo, los comieron felices.

El antropólogo fue a su encuentro muy intrigado y les preguntó por qué habían ido todos juntos a árbol, si sólo uno pudo haber tenido toda la canasta.  Había niños de diversas edades y condiciones físicas y era obvio que alguno pudo superar a los otros en la prueba, de haberla tomado individualmente.


Entonces, los niños respondieron:

  –  “¡Ubuntu!”   

Y luego uno explicó:

  –  “¿Cómo uno de nosotros podría ser feliz si todos los otros quedaban tristes?”

En la tribu, “Ubuntu” es un principio de identidad cultural y significa algo así como "Yo soy porque nosotros somos!"

Sobra decir que son muchas las enseñanzas que podríamos derivar de este comportamiento para Occidente.

Saludos,

Carlos.

 l acordada.

viernes, 9 de marzo de 2012

Rattle y la Filarmónica de Berlín en Nueva York.

Lo vi en marzo en Nueva York, con la Filarmónica de Berlín.  Se presentó en tres conciertos, en Carnegie Hall, con obras compuestas todas con muy pocos años de diferencia, durante la última década del siglo XIX, pero que respondieron en su momento a criterios estéticos y tradiciones musicales diversas, y que tuvieron proyecciones futuras muy diferentes para la historia de la música.  Esas obras fueron: de Gustav Mahler, la Sinfonía No. 2 en do menor (“Resurrección”); de Antonin Dvořák , el poema sinfónico “La rueca dorada”, op. 109; de Claude Debussy, su hermoso Preludio a la siesta de un fauno; de Anton Bruckner, su Sinfonía No. 9 en re menor (¡en una versión terminada de tres movimientos!); de Arnold Schönberg, su poema sinfónico “Noche transfigurada”, op. 4; de Hugo Wolf, algunos de sus lieder para mezzo y orquesta; y, de Edward Elgar, sus famosas Variaciones sobre un tema original (“Enigma”), op. 36.

El contraste –no obstante la proximidad cronológica de las obras– fue riquísimo como experiencia musical.  El sonido fue, literalmente, el equivalente a un “lujo asiático”.
Rattle es un director de largo plazo.  Una inversión que, al lado de esta orquesta, debe rendir frutos de una calidad superlativa.  Desde que era casi un chiquillo, en Birmingham, Herbert von Karajan lo tenía visto para que se hiciera cargo de la Filarmónica.  Creo que todavía no ha dado todo lo que puede, pero tenemos tiempo, afortunadamente, para recibir muchas cosechas extraordinarias de su batuta.
Sobre las presentaciones en Carnegie Hall, recomiendo como lectura lo siguiente:


jueves, 1 de marzo de 2012

The Artist: la "mejor" película del año

Ayer vi, finalmente, "The Artist", que se me había quedado. 

La película está extraordinariamente bien construida, el héroe es ciertamente simpático, la muchacha encantadora, la trama sencilla pero muy eficaz, la música es magnífica, la fotografía muy bien lograda, y el homenaje es claro, evidente y también elegante al cine mudo y a los años en los que se desarrolló.

“The Artist” se disfruta enormemente.  Es una obra que reboza cariño por el cine de esa época y por todo el séptimo arte en general.  Está hecha con meticulosidad y buen gusto, y merece todo reconocimiento en ese tanto.  Lo complicado acá –se me ocurre– es verla en contraste con otras formas de hacer cine; es decir, en el contexto de una competencia por un premio a la “mejor película” del ao, pues la apreciación que tengamos por ella va a depender de contra quién o qué compita.

Ya sé que el tema se discutió con cierto detalle en este foro, pero no opiné en el momento, por no haber visto la película antes.  Se la anunció como candidata segura al Óscar y se lo llevó, dejando en el camino a una competencia de lo más variopinta. 

Si analizamos la lista de las que llegaron allí para competir, “Hugo” era mi candidata favorita dentro de lo convencional, y “The Tree of Life” era mi preferida dentro del llamado “cine de autor”.  Si vemos las que no llegaron, debo insistir (como ya lo han hecho algunos acá) que eché de menos a “Melancholia”, también un ejemplo de “cine de autor”.  Cualquiera de estas últimas dos películas me dejó más, en lo personal, que “The Artist”.

Me encantó “Hugo”, según había dicho meses atrás, pero, como “The Artist”, “Hugo” es un homenaje al cine en sus orígenes, así que la Academia haya preferido a una sobre la otra no me duele especialmente.  Ambas me gustaron lo suficiente para recordarlas en lo sucesivo con agrado.  “Midnight in Paris” es otro homenaje a años idos; hay que hacer –como dije hace algún tiempo– concesiones a esta película para disfrutarla, pero creo que hay acuerdo en que no era una cinta para premiar como la “mejor del año”.  Las otras películas son dramas bien hechos, que tampoco podían aspirar –creo yo– a ser consideradas como la “mejor”. 

Allí donde “The Artist” es un hermoso artificio, un divertimento de alta calidad para entretenernos, “Melancholia” y “The Tree of Life” tienen, en cambio, planteamientos más poéticos y de mucho más fondo, los cuales –los aceptemos o no como se presentan– nos ponen a pensar, nos inquietan y nos marcan.  Eso no existe en “The Artist” ni por asomo, porque nunca fue su intención que así fuera y porque obviamente no calzaba en su concepto de película.  Habrá que ver cuál será el peso de cada una de estos tres filmes a la vuelta de veinte años, cuando los veamos nuevamente, un día que busquemos una película que nos llamó la atención en su momento.

Claro que todo esto es un tema de gustos, y es también claro que yo prefiero este último tipo de cine (el cine de mayor contenido) al cine-espectáculo o al cine-entretención, pero siendo una opinión personal, la externo para no embucharla tras haber visto todas las cintas que llegaron a la “final” oscarina.

Saludos,