EL CAMINO DE LA VIDA

EL CAMINO DE LA VIDA
EL CAMINO DE LA VIDA. - Every day you may make progress. Every step may be fruitful. Yet there will stretch out before you an ever-lengthening, ever-ascending, ever-improving path. You know you will never get to the end of the journey. But this, so far from discouraging, only adds to the joy and glory of the climb. - Sir Winston Churchill.

jueves, 6 de mayo de 2010

Almuerzo cultural: Frankenstein.

Estimados amigos,

El jueves pasado, durante la presentación del mito clásico del Vellocino de oro, conversamos someramente sobre la figura del titán Prometeo y su significación como mediador entre el mundo divino y el humano.

Según los griegos, Prometeo fue el creador del hombre y el protector de la civilización: modeló al hombre a partir del barro y le infundió vida de acuerdo con el mandato recibido de los dioses; más tarde robó el fuego a los dioses y lo entregó al hombre quien, gracias a ese regalo, inició todo su desarrollo tecnológico. Como creador y protector de la vida humana, Prometeo asumió responsabilidades que eventualmente lo llevaron a un destino trágico.

Relacionado con esa conversación, hoy exploraremos uno de los clásicos de la literatura fantástica: Frankenstein o el moderno Prometeo, de la escritora británica Mary Shelley (1797-1851), esposa a su vez del famoso poeta romántico, Percy Bysshe Shelley.

Aunque al personaje principal se le asocia con el género del terror, la verdad es que la historia es mucho más compleja que un mero cuento de miedo. En manos de esta escritora, un hombre (el Dr. Frankenstein) descubre un método para dar vida a un cuerpo muerto. Dado lo revolucionario del descubrimiento, el Dr. Frankenstein decide actuar a escondidas, en contravención no sólo de los prejuicios religiosos de su tiempo, sino incluso de la ética científica en general. El dilema del científico es continuar con su experimentación -y hacerse responsable de sus consecuencias- o bien refrenar su curiosidad y su ambición en acatamiento a los límites morales imperantes. Evidentemente, el Dr. Frankenstein se decide por lo primero y ello desata toda la trama de la obra.

Frankenstein o el moderno Prometeo pone en contraste los logros del hombre frente a las leyes de la naturaleza (o el orden de Dios, como también podría decirse). Se examina al hombre en su esfuerzo por igualar aquello que está más allá de él; algo que ha fascinado a la especie humana desde siempre y que, de muchas formas, es la principal motivación de la ciencia. Las derivaciones éticas son amplísimas y complicadas.

En cierta forma Frankenstein es una alegoría de la perversión que puede traer el desarrollo científico; concebido y escrito durante las fases tempranas de la revolución industrial, una época de cambios dramáticos. Detrás de los experimentos de Víctor Frankenstein está la búsqueda del poder divino: ¿qué mayor poder que el propio acto de creación de la vida? Así, el total desprecio que muestra Frankenstein por la naturaleza puede ser considerado como símbolo de las fuerzas imperiosas que desata el permisivo capitalismo naciente, que no respeta la dignidad básica del ser humano. De hecho, la rebelión de la criatura contra su creador es un claro mensaje del castigo que deriva del uso irresponsable de la tecnología, siendo el mal sólo una consecuencia imprevista de éste uso.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Frankenstein_o_el_moderno_Prometeo)

La obra tiene una gran riqueza que va mucho más allá de las películas, las caricaturas y los cuentos de un monstruo que simplemente causa muerte y destrucción. Vale la pena estudiarla.

Los esperamos.

Saludos,

Carlos.

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