EL CAMINO DE LA VIDA

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EL CAMINO DE LA VIDA. - Every day you may make progress. Every step may be fruitful. Yet there will stretch out before you an ever-lengthening, ever-ascending, ever-improving path. You know you will never get to the end of the journey. But this, so far from discouraging, only adds to the joy and glory of the climb. - Sir Winston Churchill.

jueves, 5 de marzo de 2015

La espiritualidad de la música de Arvo Pärt.

Arvo Pärt (1935-) es uno de los músicos más importantes de nuestro tiempo.  Sus obras nos transportan a paisajes sonoros de carácter místico, en los que la fuerza de lo repetitivo entra en nuestros sentidos, como una especie de mantra, que nos envuelve y subyuga.  El efecto es hermoso, intenso y, muchas veces, sobrecogedor.

La obra del compositor estonio ha tenido importantes detractores, especialmente entre los grupos atonales, electrónicos y experimentales, que pretenden hacer música bajo criterios estrictamente "progresistas", así como entre quienes siguen corrientes ideológicas según las cuales se debe renunciar –como si fuera posible– a toda influencia externa o a toda herencia cultural ajena que pueda considerarse "contaminante" o “revisionista” (como sucedía en el pasado en la Unión Soviética, de la que Estonia era parte cuando el compositor se desarrollaba como tal). 

Contrario a estas tendencias o modas, y luego de pasar por un proceso en ese sentido, Pärt se liberó de esos caminos y se ha concentrado en un mundo de minimalismo expresivo, en el que recoge la influencia polifónica de la música sacra de la Edad Media y del Renacimiento, y otras raíces de la música occidental, para producir una música de enorme espiritualidad, que es fácil de identificar y que se disfruta ampliamente.  Sólo el polaco Henryk Górecki (1933-2010) y el británico John Tarvener (1944-2103) ofrecían una tendencia de algún modo similar. 

Las armonías son simples, bajo un ritmo muy básico y sin cambios de de tempo, prácticamente desprovistas de ornamentación, siguiendo algo parecido a lo que él llama un mero “tintineo de campanas” (“tintinnabuli”).  En muchos casos hay textos sacros que acompañan la melodía, ya sea en latín o en lengua eslava, preferiblemente.

De su música se ha dicho que la belleza late en sus melodías, que el silencio se escucha y que vibra la verdad; que de ella surge la semilla que nos lleva a la esencia de la vida, como el todo del cual nos nutrimos.

Todo este mensaje –que ciertamente nos ubica en las cercanías de la filosofía oriental, tendiente a la contemplación y la integración con el cosmos– tiene a su vez, sin embargo, importantes referencias en la música de los grandes sinfonistas escandinavos y, específicamente, en los paisajes abstractos de las últimas sinfonías del danés Carl Nielsen (1865-1931) y del finlandés Jean Sibelius (1865-1957).  Esto es importante, porque da referencias y organicidad a la obra de Pärt, como un modo de ver el mundo del cual podemos aprender y que se ubica geográficamente en el norte de Europa.

El compositor minimalista estadounidense Steve Reich (1936-) comentó acerca de Pärt:

“Ya desde que estaba en Estonia, Arvo estaba sintiendo lo mismo que el resto de nosotros. […]  Amo su música y amo el hecho de que sea un hombre tan talentoso y valiente. […]  Está completamente fuera de la corriente principal y sin embargo es enormemente popular, lo cual es muy inspirador.  Su música llena una profunda necesidad humana”.

En fin, un compositor importante y trascendente en más de un sentido.  Su música es un bálsamo que nos aleja del mundanal ruido y que nos protege de muchas formas, al ponernos en contacto con nuestra esencia misma.




Véase, además, una entrevista de la cantante Björk al compositor:


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