Pasó de
mujer bellísima en su juventud a actriz de carácter en la actualidad, con roles
que rayan en la excentricidad, como cuando se enamoró de un mono, o buscaba
sexo de alquiler en Haití, o sostuvo una relación sadomasoquista con un
gendarme nazi
Tiene una
mirada fría, casi glacial ("the look" la llamaba Bogarde), la cual
utiliza con maestría para poner a sus personajes a cierta distancia respecto a
los demás y, por ende, para hacerlos esencialmente distintos y, por ello muy
especiales (como la ex-prisionera en “Portero de noche” o la suegra en
"Melancholia" o la madre de la duquesa en "The
Ducchess"). No obstante esa
distancia –o quizá a causa de ella– sus personajes resultan ser inolvidables. Me parece que esa mirada la pone en una
dimensión especial en las tramas de sus películas, no obstante lo complicadas o
terribles sean.
Como dice el
amigo Dino Starcevich: una actriz interesante.
A mí me parece, más aún, fascinante.
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