La película está extraordinariamente
bien construida, el héroe es ciertamente simpático, la muchacha encantadora, la
trama sencilla pero muy eficaz, la música es magnífica, la fotografía muy bien
lograda, y el homenaje es claro, evidente y también elegante al cine mudo y a los
años en los que se desarrolló.
“The Artist” se disfruta enormemente. Es una obra que reboza cariño por el cine de esa época y por todo el séptimo arte en general. Está hecha con meticulosidad y buen gusto, y merece todo reconocimiento en ese tanto. Lo complicado acá –se me ocurre– es verla en contraste con otras formas de hacer cine; es decir, en el contexto de una competencia por un premio a la “mejor película” del ao, pues la apreciación que tengamos por ella va a depender de contra quién o qué compita.
Ya sé que el tema se discutió con
cierto detalle en este foro, pero no opiné en el momento, por no haber visto la
película antes. Se la anunció como
candidata segura al Óscar y se lo llevó, dejando en el camino a una competencia
de lo más variopinta.
Si analizamos la lista de las que
llegaron allí para competir, “Hugo” era mi candidata favorita dentro de lo
convencional, y “The Tree of Life” era mi preferida dentro del llamado “cine de
autor”. Si vemos las que no llegaron,
debo insistir (como ya lo han hecho algunos acá) que eché de menos a
“Melancholia”, también un ejemplo de “cine de autor”. Cualquiera de estas últimas dos películas me
dejó más, en lo personal, que “The Artist”.
Me encantó “Hugo”, según había dicho
meses atrás, pero, como “The Artist”, “Hugo” es un homenaje al cine en sus
orígenes, así que la Academia haya preferido a una sobre la otra no me duele
especialmente. Ambas me gustaron lo
suficiente para recordarlas en lo sucesivo con agrado. “Midnight in Paris” es otro homenaje a años
idos; hay que hacer –como dije hace algún tiempo– concesiones a esta película
para disfrutarla, pero creo que hay acuerdo en que no era una cinta para
premiar como la “mejor del año”. Las
otras películas son dramas bien hechos, que tampoco podían aspirar –creo yo– a
ser consideradas como la “mejor”.
Allí donde “The Artist” es un hermoso
artificio, un divertimento de alta calidad para entretenernos, “Melancholia” y
“The Tree of Life” tienen, en cambio, planteamientos más poéticos y de mucho
más fondo, los cuales –los aceptemos o no como se presentan– nos ponen a
pensar, nos inquietan y nos marcan. Eso
no existe en “The Artist” ni por asomo, porque nunca fue su intención que así
fuera y porque obviamente no calzaba en su concepto de película. Habrá que ver cuál será el peso de cada una
de estos tres filmes a la vuelta de veinte años, cuando los veamos nuevamente,
un día que busquemos una película que nos llamó la atención en su momento.
Claro que todo esto es un tema de
gustos, y es también claro que yo prefiero este último tipo de cine (el cine de
mayor contenido) al cine-espectáculo o al cine-entretención, pero siendo una
opinión personal, la externo para no embucharla tras haber visto todas las
cintas que llegaron a la “final” oscarina.
Saludos,
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