A propósito de la película “Prospero’s
Books”.
Hace unos años vi esta película, de 1991, del director británico Peter Greenaway
(1942-), y me impactó profundamente.
Greenaway es un mago de la imagen, está obsesionado con el dibujo y la
pintura, y compone sobre la pantalla como un gran virtuoso. En esta película, es interesante y atrevido el uso
de la imagen.
El director literalmente diseña con la imagen y para ello se vale de la representación del
cuerpo humano. En efecto, hace uso del cuerpo para
trabajar con simbolismos, color y el espacio de una manera novedosa y --debo decirlo-- en forma verdaderamente hermosa.
En “Prospero’s Books” hay una muestra
muy rica de las posibilidades de aprovechamiento del espacio mediante la
composición de imágenes. La película es
un ejercicio de estética visual, proveniente del imaginario más barroco --como le gusta a Greenaway-- al
servicio de La tempestad, drama de
William Shakespeare (1564-1616). En la película vemos mímica, danza, ópera y animaciones, que enriquecen, pero también alteran, la línea argumentativa usual.
El gran John Gielgud (1904-2000) actúa como Próspero, el gobernante-mago que ha sido exiliado y que vive con Miranda, su hija, en una isla. Como típica historia de amor, Miranda se enamora de Ariel, hijo del enemigo de Próspero. Próspero abandona sus sentimientos iniciales de venganza redimido por el poder del amor. En la película, Ariel es representado por cuatro actores, cada uno de ellos en representación de uno de los elementos clásicos: agua, fuego, aire y tierra.
En
la versión de Greenaway, Próspero es un escritor, que, además, es el autor y el
principal protagonista de la obra. Así,
él es quien nos narra lo que ocurre.
Al
salir para la isla, Próspero toma consigo 24 libros. El título y la estructura de la película se
basan en estos libros, que crean la conexión de Próspero con el mundo exterior.
Esos libros no son sólo textos llenos de
conocimientos para el mago, sino que también adquieren vida por sí mismos con
sus propias historias. No hay línea que divide
el mundo de lo que ocurre en los libros.
Uno
de estos libros es la primera edición de los trabajos de Shakespeare, compuesta de 35 y no 36 obras, pues La tempestad
está apenas escribiéndose, en manos de Próspero. Para el final de la película la obra número 36
está lista en manuscrito, para completar la colección.
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