EL CAMINO DE LA VIDA

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EL CAMINO DE LA VIDA. - Every day you may make progress. Every step may be fruitful. Yet there will stretch out before you an ever-lengthening, ever-ascending, ever-improving path. You know you will never get to the end of the journey. But this, so far from discouraging, only adds to the joy and glory of the climb. - Sir Winston Churchill.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Almuerzo cultural: Suite de "El Cascanueces" de P. Tchaikovsky.

Estimados amigos,

En este segundo jueves de diciembre seguimos con la idea de acercar las tradiciones culturales de la Navidad al Bufete.

Una de las obras que regularmente se presenta en esta época, en los escenarios del mundo, es el ballet El cascanueces de Piotr Tchaikovsky (____-____).  Se trata de una obra de unas dos horas de duración, por lo que resulta imposible programarla completa en nuestro almuerzo cultural, pero al menos pueden proyectarse ciertas escenas del ballet que corresponden a su famosa suite, y que forman una pieza regular de concierto entre las orquestas sinfónicas.

La versión que ofreceremos es del Ballet Real del Reino Unido (Royal Ballet), una de las compañías más afamadas del mundo, dirigida por sir Anthony Dowell. La música es interpretada por la Orquesta del Royal Opera House, Covent Garden, dirigida por Evgenii Svetlanov.

Ya que no podemos compartirla toda, nos parece importante contar sobre el argumento de la obra:

Acto I:

La historia ocurre en Alemania, a mediados del siglo XIX, en casa del juez Stahlbaum, quien vive con su esposa y dos hijos: Clara y Fritz. En Nochebuena, el juez ofrece una fiesta a la que están invitadas las familias más conocidas de Nuremberg, incluyendo al excéntrico padrino de Clara: Herr Drosselmeyer, quien asiste a la fiesta con su sobrino Daniel.

Drosselmeyer es mago y, además, fabricante de relojes y fantásticos juguetes mecánicos. Tiene el don de divertir a los niños para quienes inventa alegres bailes y realiza increíbles trucos. Para la fiesta de los Stahlbaum, lleva un regalo especial para su ahijada, que consiste en un cascanueces con la forma de un soldado de madera.

Clara recibe encantada el cascanueces y juega con él durante toda la fiesta, aunque Fritz y sus primos no paran de molestarla y en un momento dado, intentan romperlo. Drosselmeyer interviene, lo recompone y se lo devuelve a Clara tal y como se lo regaló.

Al terminar la fiesta, Clara acaba dormida en un sillón de la casa y tiene un maravilloso sueño, en el que regresa a escondidas al árbol de Navidad para recuperar su cascanueces y se sorprende al encontrar que el salón de su casa está lleno de ratones gigantes. Drosselmeyer, aparece en el sueño y, mediante la magia, desaparece los muebles de la casa, hace crecer enormemente el árbol de navidad y, por último transforma, al cascanueces y a los soldaditos de juguete de Fritz en miembros de un regimiento de tamaño natural.

Se desata entonces una pelea entre los ratones y los soldados, comandados por el cascanueces. Clara ayuda a ganar la batalla lanzando una de sus zapatillas al rey de los ratones, quien cae derrotado. Terminada la lucha, Drosselmeyer convierte el salón en un bosque invernal en donde Clara y el cascanueces –ahora transformado en príncipe de carne y hueso–, bailan junto con los copos, la reina y el rey de la nieve.

Acto II:

Clara y el príncipe Cascanueces continúan su viaje por el sueño. Se despiden del reino de las nieve y siguen su camino por un río de limonada hasta llegar al reino de los dulces, donde la reina del lugar los agasaja con un espectáculo donde representantes de distintas partes del mundo bailan para ellos. Tenemos la danza española de los chocolates, la danza árabe del café, la danza china del té, la danza rusa de las melcochas, la danza francesa del nougat, la danza de los bombones y el célebre vals de las flores.

Al final, el sueño de Clara se desvanece y ella despierta. Sus padres van a buscarla para que salga al portón a despedir a su padrino Drosselmeyer, quien, junto con Daniel, regresa a su taller de relojes y muñecos. Es allí donde Clara, quien como niña se asoma ya al mundo de la mujer, se percata de que el príncipe Cascanueces de sus sueños no es otro que Daniel, el sobrino de su padrino Drosselmayer. Con el despertar, viene entonces el nacimiento del amor, a partir de la ilusión del sueño.

Los esperamos.

Saludos,

Carlos.

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