Estimados amigos,
John Coltrane (1926-1967) es una de las mayores figuras del jazz, del mismo nivel artístico de los famosos Louis Armstrong, Duke Ellington, Charlie Parker, Dave Brubeck, Thelonius Monk y Miles Davis, entre otros.
Saxofonista tenor y soprano, pasó del hard bop al free jazz y luego al jazz modal. Su actividad se desarrolló al mismo tiempo que la lucha por los derechos civiles de compatriotas suyos como Martin Luther King, lo cual se refleja de alguna manera en su obra, marcada por la trascendencia política, aunque no panfletaria.
Se distinguió especialmente por ampliar el protagonismo de los instrumentos mediante los solos de jazz, que tuvieron a partir de él una forma libre y un papel preponderante en el desarrollo de las piezas. Su uso revolucionario de los sistemas multitónicos en el jazz cambió la forma de componer, armonizar e interpretar este género desde entonces, al extremo de que a estas técnicas se les llama los "cambios de Coltrane".
John Coltrane fue un constante explorador de formas expresivas para comunicarse con su público. Su música, especialmente durante sus últimos años, tiene un enorme transfondo espiritual. En distintos momentos de su vida fue cristiano, musulmán, estudioso del hinduismo, la Cábala, de Jiddu Krishnamurti (quien por entonces gozaba de gran fama en Occidente), de las creencias africanas ancestrales e incluso de la filosofía de Platón. Su hijo Ravi se llama así en honor al sitarista hindú Ravi Shankar, quien por entonces también tuvo gran influencia en Occidente, sobre exponentes tan diversos como música pop de los Beatles, el jazz fusión de "Mahavishnu" John McLaughlin y la música clásica contemporánea de Philip Glass. A raíz de sus estudios y experimentaciones musicales, Coltrane creía que ciertos sonidos y escalas podían producir, de manera directa, significados emocionales específicos en las personas y, consecuentemente, le interesaba crear estados de felicidad y entendimiento entre sus oyentes.
Su vida fue corta y azarosa. Aunque sólo grabó durante 12 años, cambió la faz del jazz de manera muy clara. Le tocaron --como quizá a todos nosotros, aunque por distintas causas- lo que podríamos denominar "años difíciles". Estuvo sumido en las drogas: LSD, heroína, alcohol, etc., y murió de cáncer hepático a los 40 años.
El programa de hoy comprende parte de un concierto en Alemania, cuando la influencia de Miles Davis era preponderante. Allí toca con Miles Davis y Stan Getz, entre otros. Hay también extractos de otros dos conciertos, en los que se aprecia un estilo más propio y de avant-garde: el primero es también en Alemania, esta vez con McCoy Tyner, Elvin Jones y Eric Dolphy; y el otro en Bélgica, ya sin Dolphy, y en preparación para la salida de Tyner y Jones.
Como a Coltrane no le gustaban las cámaras, es realmente raro encontrar videos de su música, de allí la importancia de este documento.
El video tiene una duración de 90 minutos, por lo que se empezará a las 12:30 en punto, Están todos invitados.
Saludos,
Carlos.
EL CAMINO DE LA VIDA

EL CAMINO DE LA VIDA. - Every day you may make progress. Every step may be fruitful. Yet there will stretch out before you an ever-lengthening, ever-ascending, ever-improving path. You know you will never get to the end of the journey. But this, so far from discouraging, only adds to the joy and glory of the climb. - Sir Winston Churchill.
jueves, 25 de febrero de 2010
jueves, 18 de febrero de 2010
Almuerzo cultural: Borges - Una entrevista a fondo.
Estimados amigos,
Jorge Luis Borges era un viejo sabio. Hablar de él es como enumerar hipérboles...
Borges fue un escritor completo, aunque la prosa (narrativa y ensayo) fue su territorio más claro. Su cultura -vastísima- le permitía hablar con amplitud de todos los temas; así, podía relacionarlos, desmenuzarlos y manipularlos sin ostentación, pero con total comodidad. Esto lo hacía ameno en extremo, sin facilismos ni concesiones.
Su escritura era elegante, sencilla y profunda. Mezclaba ficción y realidad con maestría, y enganchaba a sus lectores con el caudal de información que era capaz de producir con la precisión de un orfebre suizo, todo al servicio de la literatura, no del autor.
Jugaba con el tiempo y el espacio de modo característico. Sus juegos simbólicos eran de una riqueza infinita: leerlo es siempre una aventura, pues hay que sortear acertijos, paradojas metafísicas y otros divertimentos, rigurosos a la vez que entretenidos. Tenía fascinación por los tigres, los relojes, los laberintos y el color. Le encantaba la literatura inglesa, así como las antiguas literaturas germánicas y escandinavas. Era también experto en literatura oriental, así como en Dante, Shakespeare, el Siglo de Oro español, Kafka, la Cábala y en casi todos los temas imaginables de la filosofía, el psicoanálisis, la historia y el hermetismo. Naturalmente, hablaba y leía con fluidez muchos idiomas, tanto actuales como pasados. Hay que suponer, además, que dominaba varias lenguas ficticias, producto de su imaginación privilegiada pero no abusiva.
Fue el eterno favorito de los críticos cuando se aproximaba el final de año y se anunciaba el Premio Nóbel de Literatura, pero --como sucede con los papabile-- nunca fue favorecido frente a escritores mucho más oscuros y aburridos
Como se excedía en atributos, la naturaleza lo castigó con una ceguera progresiva y hereditaria, una circunstancia tan cruel en un lector fervoroso como él, como lo fue la sordera para un músico como Beethoven. No obstante, al igual que este último personaje, es probable que esta limitación agudizara aún más su arte para decantar en mayor medida su obra.
En fin, ¿para qué decir más? Borges es un modelo de erudicción que resulta obligatorio visitar con frecuencia, como medio para disfrutar de la cultura en su más alta expresión. Este jueves se ofrece una especial oportunidad para ver y escuchar, en lugar de leer, a Borges. Hablamos de una entrevista al maestro, hecha pocos años antes de su muerte, que revela muchas de las facetas ya comentadas. Esperamos que nos puedan acompañar.
Saludos,
Carlos.
Jorge Luis Borges era un viejo sabio. Hablar de él es como enumerar hipérboles...
Borges fue un escritor completo, aunque la prosa (narrativa y ensayo) fue su territorio más claro. Su cultura -vastísima- le permitía hablar con amplitud de todos los temas; así, podía relacionarlos, desmenuzarlos y manipularlos sin ostentación, pero con total comodidad. Esto lo hacía ameno en extremo, sin facilismos ni concesiones.
Su escritura era elegante, sencilla y profunda. Mezclaba ficción y realidad con maestría, y enganchaba a sus lectores con el caudal de información que era capaz de producir con la precisión de un orfebre suizo, todo al servicio de la literatura, no del autor.
Jugaba con el tiempo y el espacio de modo característico. Sus juegos simbólicos eran de una riqueza infinita: leerlo es siempre una aventura, pues hay que sortear acertijos, paradojas metafísicas y otros divertimentos, rigurosos a la vez que entretenidos. Tenía fascinación por los tigres, los relojes, los laberintos y el color. Le encantaba la literatura inglesa, así como las antiguas literaturas germánicas y escandinavas. Era también experto en literatura oriental, así como en Dante, Shakespeare, el Siglo de Oro español, Kafka, la Cábala y en casi todos los temas imaginables de la filosofía, el psicoanálisis, la historia y el hermetismo. Naturalmente, hablaba y leía con fluidez muchos idiomas, tanto actuales como pasados. Hay que suponer, además, que dominaba varias lenguas ficticias, producto de su imaginación privilegiada pero no abusiva.
Fue el eterno favorito de los críticos cuando se aproximaba el final de año y se anunciaba el Premio Nóbel de Literatura, pero --como sucede con los papabile-- nunca fue favorecido frente a escritores mucho más oscuros y aburridos
Como se excedía en atributos, la naturaleza lo castigó con una ceguera progresiva y hereditaria, una circunstancia tan cruel en un lector fervoroso como él, como lo fue la sordera para un músico como Beethoven. No obstante, al igual que este último personaje, es probable que esta limitación agudizara aún más su arte para decantar en mayor medida su obra.
En fin, ¿para qué decir más? Borges es un modelo de erudicción que resulta obligatorio visitar con frecuencia, como medio para disfrutar de la cultura en su más alta expresión. Este jueves se ofrece una especial oportunidad para ver y escuchar, en lugar de leer, a Borges. Hablamos de una entrevista al maestro, hecha pocos años antes de su muerte, que revela muchas de las facetas ya comentadas. Esperamos que nos puedan acompañar.
Saludos,
Carlos.
jueves, 11 de febrero de 2010
Almuerzo cultural: La "Música del Agua" de Georg Friedrich Händel.
Estimados amigos,
Georg Friedrich Händel (1685-1759) fue uno de los grandes músicos de la era barroca. Nacido en Alemania, fue, sin embargo –y a diferencia de su compatriota Johann Sebastian Bach–, un hombre cosmopolita que viajó mucho por Europa. Dentro de lo que se le permitía a un músico de esa época, Händel se relacionó con gran cantidad de soberanos y gente notable de su tiempo.
Hoy queremos presentarles una de las obras más famosas de este compositor: su famosa Música del agua.
Händel compuso la Música del agua en 1715, aunque algunos movimientos ya existían como parte de otras piezas. La obra fue estrenada en Londres, el 22 de agosto de 1715 y reestrenada, con algunas adiciones, el 17 de julio de 1717.
Cuenta la historia que la obra fue el medio por el cual este artista se reconcilió con su rey y patrón, Jorge I de Inglaterra.
Como algunos sabrán, Händel era músico de la corte de Hanover, en Alemania. El Gran Elector Georg de Hanover lo tenía a su servicio, aunque no era un hombre que se conmovía demasiado por la música. Händel, aburrido de lo pueblerino de su corte, pidió permiso a principios del siglo XVIII para viajar a Londres en respuesta a una invitación que había recibido de un aristócrata influyente y amante de la música que lo había conocido durante una visita suya a la corte de Georg. En ese tiempo, Londres era una gran metrópoli, de un estado bien establecido, mientras que Alemania era una fragmentación de pequeños estados, aliados y separados entre sí por intrigas políticas y religiosas. En razón del protestantismo común y algunos vínculos familiares entre sus casas reinantes, las cortes de Hanover y Londres eran amigas.
A regañadientes, pues era muy celoso de lo suyo, el Gran Elector dio permiso a Händel de viajar a Londres. Una vez llegado allí, al compositor se le abrió un amplio mundo cultural y social, así como comodidades materiales de las que no gozaba en Hanover. Por lo tanto, pese a sus compromisos con Georg, decidió no volver.
La reina de Inglaterra de entonces era Ana, de la familia Estuardo. Ella había heredado el trono cuando su hermana Ana –casada con William de Orange– murió sin dejar herederos. Lo mismo que Ana, María no tenía herederos (ni siquiera era casada), por lo que co ella se acababa esa dinastía. Se trataba de una enamorada de la música (y de la comida) que acogió a Händel con gran beneplácito. Sin embargo, era gorda y no gozaba de buena salud, y al poco tiempo murió. Ante la disyuntiva de no tener un heredero directo, la corte inglesa se dedicó a buscar alguien a quien coronar por toda Europa y –ya se lo imaginarán– el mejor candidato resultó ser Georg de Hanover, el Gran Elector. Éste por supuesto aceptó la corona cuando le fue ofrecida y se dirigió a Londres sin demora, después de abdicar en Hanover.
Es claro que, al enterarse, Händel entró en un período de suma angustia que no podía disimular, máxime que, cuando llegó, el nuevo rey optó por ignorarlo por completo, en el mejor de los casos. Para un músico profesional, estar en desgracia frente al rey de un poderoso país era tan triste como una sentencia de muerte.
En algún momento, al enterarse Händel de que el rey habría de salir con su corte a dar un paseo en barcaza por el río Támesis, tuvo una idea que hoy debemos agradecer. Se puso febrilmente a componer algunas piezas de danza que tenía en su cabeza, a las que agregó otras que ya existían, y les dio forma de “suite”, que es justamente un conjunto de danzas de distinto origen nacional, enlazadas para amenizar alguna ocasión festiva.
El músico pagó por su propia cuenta una barcaza adicional, llena de músicos, para acompañar musicalmente el paseo del rey. El miércoles 17 de julio de 1717, por la tarde, el rey Jorge I y un gran número de miembros de la nobleza británica se embarcaron en grandes barcas abiertas por el río Támesis desde Whitehall hasta Chelsea, donde cenaron. La música que escucharon durante esta expedición fue la Música del agua.
La obra se compone en realidad de tres suites instrumentales, dos de ellas a base de metales y una a base de maderas. Los episodios a base de metal estaban destinados a rellenar el viaje fluvial de ida y de vuelta, mientras que el episodio central a cargo de las maderas serviría de fondo musical para la cena de la corte en Chelsea.
Las piezas gustaron tanto al rey (y por ende –aunque merecidamente– a sus acompañantes), que –según el Daily Courant del 19 de julio de 1717– el rey obligó a los músicos a interpretarlas tres veces entre la ida y la vuelta. Sobra decir que Jorge I perdonó a Händel y lo readmitió en la corte como compositor a tiempo completo. Hoy, tres siglos después, todos recordamos a Händel y su música y, gracias a ella, a Jorge I también.
El nombre Música del agua deriva, pues, del escenario en el que estas piezas fueron tocadas por vez primera. No tiene, por lo tanto, nada que ver con un intento de descripción de los fenómenos acuáticos, como harían siglos más tarde los músicos del período romántico (por ejemplo, en el poema sinfónico El Moldava, que presentaremos en otra ocasión), o del período impresionista (como Debussy, a quien también podremos apreciar).
Ojalá puedan acompañarnos el día de hoy. La presentación rememora la audacia de Händel, mediante un concierto a bordo de barcaza, con trajes e instrumentos de la época, en el Támesis. No creo que se trate de algo que podamos ver todos los días.
Saludos,
Carlos.
Georg Friedrich Händel (1685-1759) fue uno de los grandes músicos de la era barroca. Nacido en Alemania, fue, sin embargo –y a diferencia de su compatriota Johann Sebastian Bach–, un hombre cosmopolita que viajó mucho por Europa. Dentro de lo que se le permitía a un músico de esa época, Händel se relacionó con gran cantidad de soberanos y gente notable de su tiempo.
Hoy queremos presentarles una de las obras más famosas de este compositor: su famosa Música del agua.
Händel compuso la Música del agua en 1715, aunque algunos movimientos ya existían como parte de otras piezas. La obra fue estrenada en Londres, el 22 de agosto de 1715 y reestrenada, con algunas adiciones, el 17 de julio de 1717.
Cuenta la historia que la obra fue el medio por el cual este artista se reconcilió con su rey y patrón, Jorge I de Inglaterra.
Como algunos sabrán, Händel era músico de la corte de Hanover, en Alemania. El Gran Elector Georg de Hanover lo tenía a su servicio, aunque no era un hombre que se conmovía demasiado por la música. Händel, aburrido de lo pueblerino de su corte, pidió permiso a principios del siglo XVIII para viajar a Londres en respuesta a una invitación que había recibido de un aristócrata influyente y amante de la música que lo había conocido durante una visita suya a la corte de Georg. En ese tiempo, Londres era una gran metrópoli, de un estado bien establecido, mientras que Alemania era una fragmentación de pequeños estados, aliados y separados entre sí por intrigas políticas y religiosas. En razón del protestantismo común y algunos vínculos familiares entre sus casas reinantes, las cortes de Hanover y Londres eran amigas.
A regañadientes, pues era muy celoso de lo suyo, el Gran Elector dio permiso a Händel de viajar a Londres. Una vez llegado allí, al compositor se le abrió un amplio mundo cultural y social, así como comodidades materiales de las que no gozaba en Hanover. Por lo tanto, pese a sus compromisos con Georg, decidió no volver.
La reina de Inglaterra de entonces era Ana, de la familia Estuardo. Ella había heredado el trono cuando su hermana Ana –casada con William de Orange– murió sin dejar herederos. Lo mismo que Ana, María no tenía herederos (ni siquiera era casada), por lo que co ella se acababa esa dinastía. Se trataba de una enamorada de la música (y de la comida) que acogió a Händel con gran beneplácito. Sin embargo, era gorda y no gozaba de buena salud, y al poco tiempo murió. Ante la disyuntiva de no tener un heredero directo, la corte inglesa se dedicó a buscar alguien a quien coronar por toda Europa y –ya se lo imaginarán– el mejor candidato resultó ser Georg de Hanover, el Gran Elector. Éste por supuesto aceptó la corona cuando le fue ofrecida y se dirigió a Londres sin demora, después de abdicar en Hanover.
Es claro que, al enterarse, Händel entró en un período de suma angustia que no podía disimular, máxime que, cuando llegó, el nuevo rey optó por ignorarlo por completo, en el mejor de los casos. Para un músico profesional, estar en desgracia frente al rey de un poderoso país era tan triste como una sentencia de muerte.
En algún momento, al enterarse Händel de que el rey habría de salir con su corte a dar un paseo en barcaza por el río Támesis, tuvo una idea que hoy debemos agradecer. Se puso febrilmente a componer algunas piezas de danza que tenía en su cabeza, a las que agregó otras que ya existían, y les dio forma de “suite”, que es justamente un conjunto de danzas de distinto origen nacional, enlazadas para amenizar alguna ocasión festiva.
El músico pagó por su propia cuenta una barcaza adicional, llena de músicos, para acompañar musicalmente el paseo del rey. El miércoles 17 de julio de 1717, por la tarde, el rey Jorge I y un gran número de miembros de la nobleza británica se embarcaron en grandes barcas abiertas por el río Támesis desde Whitehall hasta Chelsea, donde cenaron. La música que escucharon durante esta expedición fue la Música del agua.
La obra se compone en realidad de tres suites instrumentales, dos de ellas a base de metales y una a base de maderas. Los episodios a base de metal estaban destinados a rellenar el viaje fluvial de ida y de vuelta, mientras que el episodio central a cargo de las maderas serviría de fondo musical para la cena de la corte en Chelsea.
Las piezas gustaron tanto al rey (y por ende –aunque merecidamente– a sus acompañantes), que –según el Daily Courant del 19 de julio de 1717– el rey obligó a los músicos a interpretarlas tres veces entre la ida y la vuelta. Sobra decir que Jorge I perdonó a Händel y lo readmitió en la corte como compositor a tiempo completo. Hoy, tres siglos después, todos recordamos a Händel y su música y, gracias a ella, a Jorge I también.
El nombre Música del agua deriva, pues, del escenario en el que estas piezas fueron tocadas por vez primera. No tiene, por lo tanto, nada que ver con un intento de descripción de los fenómenos acuáticos, como harían siglos más tarde los músicos del período romántico (por ejemplo, en el poema sinfónico El Moldava, que presentaremos en otra ocasión), o del período impresionista (como Debussy, a quien también podremos apreciar).
Ojalá puedan acompañarnos el día de hoy. La presentación rememora la audacia de Händel, mediante un concierto a bordo de barcaza, con trajes e instrumentos de la época, en el Támesis. No creo que se trate de algo que podamos ver todos los días.
Saludos,
Carlos.
jueves, 4 de febrero de 2010
Almuerzo cultural: Aria - La visión cinematográfica de diez áreas operáticas.
Estimados amigos,
El programa de hoy es especial por su rareza: diez de las arias operáticas más conocidas del repertorio mundial son presentadas en un formato muy novedoso, ya que cada una de ellas es recreada por un director de cine de primer orden, sin restricciones de trama, tema o imagen.
La idea de combinar ópera y cine es, ciertamente, interesante. El resultado, en este caso, es por momentos espectacular, tanto visual como sónicamente, muchas veces simplemente por lo inesperado del concepto.
Las óperas cuyas arias se interpretan son las siguientes:
1. Un ballo in maschera de Giuseppe Verdi (____-____), dirigida por Nicolas Roeg (____-).
2. Forza del destino de Giuseppe Verdi (____-____), dirigida por Charles Sturridge (____-).
3. Armide de Jean-Baptiste Lully (____-____), dirigida por Jean-Luc Godard (____-).
4. Rigoletto de Giuseppe Verdi (____-____), dirigida por Julien Temple (____-).
5. Die Tote Stadt de Erich Korngold (____-____), dirigida por Bruce Beresford (____-).
6. Les Boréades de Jean-Philippe Rameau (____-____), dirigida por Robert Altmann (____-).
7. Tristán e Isolda de Richard Wagner (____-____), dirigida por Franc Roddam (____-).
8. Turandot de Giacomo Puccini (____-____), dirigida por Ken Russell (____-____).
9. Louise de Gustave Charpentier (____-____), dirigida por Derek Jarman (____-____).
10. I pagliacci de Ruggiero Leoncavallo (____-____), dirigida por Bill Bryden (____-).
El programa dura hora y media, por lo que debemos empezar a las 12:30 en punto. Esperamos que nos acompañen.
Saludos,
Carlos.
El programa de hoy es especial por su rareza: diez de las arias operáticas más conocidas del repertorio mundial son presentadas en un formato muy novedoso, ya que cada una de ellas es recreada por un director de cine de primer orden, sin restricciones de trama, tema o imagen.
La idea de combinar ópera y cine es, ciertamente, interesante. El resultado, en este caso, es por momentos espectacular, tanto visual como sónicamente, muchas veces simplemente por lo inesperado del concepto.
Las óperas cuyas arias se interpretan son las siguientes:
1. Un ballo in maschera de Giuseppe Verdi (____-____), dirigida por Nicolas Roeg (____-).
2. Forza del destino de Giuseppe Verdi (____-____), dirigida por Charles Sturridge (____-).
3. Armide de Jean-Baptiste Lully (____-____), dirigida por Jean-Luc Godard (____-).
4. Rigoletto de Giuseppe Verdi (____-____), dirigida por Julien Temple (____-).
5. Die Tote Stadt de Erich Korngold (____-____), dirigida por Bruce Beresford (____-).
6. Les Boréades de Jean-Philippe Rameau (____-____), dirigida por Robert Altmann (____-).
7. Tristán e Isolda de Richard Wagner (____-____), dirigida por Franc Roddam (____-).
8. Turandot de Giacomo Puccini (____-____), dirigida por Ken Russell (____-____).
9. Louise de Gustave Charpentier (____-____), dirigida por Derek Jarman (____-____).
10. I pagliacci de Ruggiero Leoncavallo (____-____), dirigida por Bill Bryden (____-).
El programa dura hora y media, por lo que debemos empezar a las 12:30 en punto. Esperamos que nos acompañen.
Saludos,
Carlos.
jueves, 28 de enero de 2010
Almuerzo cultural: El orden criminal del mundo.
Estimados amigos,
En días pasados Modesto nos obsequió con un sabroso artículo de Eduardo Galeano sobre la vida como él la conoció y sobre el consumismo que nos afecta en la actualidad.
De alguna forma relacionado con este tema, teníamos programado presentar, en otro momento, un documental muy interesante en el que Galeano participa. Dado el artículo circulado por Modesto, tal vez nos convenga adelantar esa presentación para completar la visión del mundo que tiene este autor. En él se nos presenta la realidad actual desde un ángulo mucho más dramático, pero de manera llamativa y bien ilustrada.
Parte de la cultura humana es tener una perspectiva crítica de la realidad. Sólo así es posible cambiarla y, en lo que corresponda, superarla. De esa visión crítica es que surgen todas las artes, la ciencia y la técnica, así como el pensamiento especulativo.
No hemos tenido hasta ahora este tipo de encuentro cultural durante los almuerzos del jueves. Puede ser el momento para hacerlo. Los invitamos, por ello, a acompañarnos.
Saludos,
Carlos.
En días pasados Modesto nos obsequió con un sabroso artículo de Eduardo Galeano sobre la vida como él la conoció y sobre el consumismo que nos afecta en la actualidad.
De alguna forma relacionado con este tema, teníamos programado presentar, en otro momento, un documental muy interesante en el que Galeano participa. Dado el artículo circulado por Modesto, tal vez nos convenga adelantar esa presentación para completar la visión del mundo que tiene este autor. En él se nos presenta la realidad actual desde un ángulo mucho más dramático, pero de manera llamativa y bien ilustrada.
Parte de la cultura humana es tener una perspectiva crítica de la realidad. Sólo así es posible cambiarla y, en lo que corresponda, superarla. De esa visión crítica es que surgen todas las artes, la ciencia y la técnica, así como el pensamiento especulativo.
No hemos tenido hasta ahora este tipo de encuentro cultural durante los almuerzos del jueves. Puede ser el momento para hacerlo. Los invitamos, por ello, a acompañarnos.
Saludos,
Carlos.
jueves, 21 de enero de 2010
Almuerzo cultural: George Gerhwin.
Estimados amigos,
A finales del año pasado, Carlos Oreamuno mencionó haber disfrutado mucho una grabación de Rapsodia en blue, del compositor estadounidense George Gerswhin (____-____). En esa obra se conjugan los elementos de la música clásica con la influencia del jazz, que para la época (principios del siglo XX) gozaba de mucha popularidad en amplios sectores de la sociedad de ese país.
Tenemos una excelente grabación de esa obra y nos gustaría presentarla a ustedes, acompañada de otra obra de Gershwin que le sirve de perfecto complemento, por traer ritmos del jazz e influencia de la música de compositores "más serios", como Igor Stravinsky (____-____), para crear un ambiente alegre, bullicioso y a la vez armonioso. Nos referimos a Un americano en París, que data de 1929 y que fuera usada en la famosa película de Gene Kelly (____-____) del mismo nombre.
La grabación que veremos es del grupo que puso con más éxito estas obras en el escenario mundial: la Filarmónica de Nueva York, dirigda por su líder por antonomasia, Leonard Bernstein (____-____), a quien ya vimos en una ocasión anterior con un repertorio y una orquesta muy diferentes.
Bernstein amaba esta música y, tanto él como la orquesta la llevan en la sangre. La razón es sencilla: la música de Gerswhin les es propia, de la misma manera que hace dos semanas lo vimos con la música de la familia Strauss en manos de Karajan y la Filarmónica de Viena.
En resumen, es improbable que vuelvan a ver ambas obras con semejante grado de calidad expresiva y artística. Los invitamos, pues, a acompañarnos.
Saludos,
Carlos.
A finales del año pasado, Carlos Oreamuno mencionó haber disfrutado mucho una grabación de Rapsodia en blue, del compositor estadounidense George Gerswhin (____-____). En esa obra se conjugan los elementos de la música clásica con la influencia del jazz, que para la época (principios del siglo XX) gozaba de mucha popularidad en amplios sectores de la sociedad de ese país.
Tenemos una excelente grabación de esa obra y nos gustaría presentarla a ustedes, acompañada de otra obra de Gershwin que le sirve de perfecto complemento, por traer ritmos del jazz e influencia de la música de compositores "más serios", como Igor Stravinsky (____-____), para crear un ambiente alegre, bullicioso y a la vez armonioso. Nos referimos a Un americano en París, que data de 1929 y que fuera usada en la famosa película de Gene Kelly (____-____) del mismo nombre.
La grabación que veremos es del grupo que puso con más éxito estas obras en el escenario mundial: la Filarmónica de Nueva York, dirigda por su líder por antonomasia, Leonard Bernstein (____-____), a quien ya vimos en una ocasión anterior con un repertorio y una orquesta muy diferentes.
Bernstein amaba esta música y, tanto él como la orquesta la llevan en la sangre. La razón es sencilla: la música de Gerswhin les es propia, de la misma manera que hace dos semanas lo vimos con la música de la familia Strauss en manos de Karajan y la Filarmónica de Viena.
En resumen, es improbable que vuelvan a ver ambas obras con semejante grado de calidad expresiva y artística. Los invitamos, pues, a acompañarnos.
Saludos,
Carlos.
jueves, 14 de enero de 2010
Almuerzo cultural: La llamada "profecía maya".
Estimados amigos,
Hace varias semanas que la llamada "profecía maya" ha ocupado parte de nuestras conversaciones, sea en tono serio o jocoso. En el fondo, la relevancia de este asunto estriba en la evidente preocupación de todos por lo que sucede con nuestro mundo, no sólo en lo referente a la situación del hombre frente al entorno natural, sino también en relación con su comportamiento social, en sus más oscuras facetas.
En esencia, la profecía maya se refiere a lo siguiente:
1. Según el calendario maya, el 21 de diciembre de 2012 (solsticio de invierno) se cierra uno de los ciclos de 52 años en los que los mayas dividían el tiempo circular en el cual basaban toda su actividad religiosa, política, económica y de otro tipo.
2. Los investigadores encuentran un paralelismo entre lo predicho por los mayas y su ceremonial juego de pelota, que es parte de la leyenda de la creación del mundo por el dios Padre Primero.
3. Curiosamente, está comprobado científicamente que ese mismo día (21 de diciembre de 2012) el sol se alineará con el centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia (algo que ocurre cada 26.000 años), y el eje de la Tierra se equilibrará, para alinearse todos perfectamente de manera extraordinaria.
4. No hay más que una fuente específica de origen maya que sirve como interpretación de ese calendario, denominada “Código Dresde”, pues todos los demás documentos relacionados fueron destruidos por los conquistadores españoles.
5. El Código Dresde es interpretado por los expertos con el apoyo subsidiario de otras fuentes escritas como las profecías de Chilam Balam y el Popol Vuh.
6. De acuerdo con lo anterior, tal como está escrito lo que aparece en el Código Dresde, el 22 de diciembre de 2012 se puede presentar una de dos posibilidades
a. El fin del mundo como final de la vida del hombre sobre la tierra, con la llegada del dios creador (Padre Primero) de vuelta a la Tierra, a fin de juzgar y separa buenos de malos (en este caso, se piensa que habría una gran inundación que se encargaría de barrer con la vida por el mundo); o,
b. El fin de un ciclo de la vida, tal como la entendemos, y el inicio de una nueva era de la existencia humana.
Parece evidente, en la discusión del tema, la existencia de un componente mercadotécnico muy claro, que pone sobre el tapete la influencia de los medios masivos de comunicación sobre nuestro pensamiento y nuestras actividades diarias. Cine, prensa, editoriales, televisión, etc., se han encargado de sembrar el morbo alrededor de este tópico, de manera suficiente como para ocupar nuestra atención en distinto grado y con diversos resultados.
En esencia, la profecía maya se refiere a lo siguiente:
1. Según el calendario maya, el 21 de diciembre de 2012 (solsticio de invierno) se cierra uno de los ciclos de 52 años en los que los mayas dividían el tiempo circular en el cual basaban toda su actividad religiosa, política, económica y de otro tipo.
2. Los investigadores encuentran un paralelismo entre lo predicho por los mayas y su ceremonial juego de pelota, que es parte de la leyenda de la creación del mundo por el dios Padre Primero.
3. Curiosamente, está comprobado científicamente que ese mismo día (21 de diciembre de 2012) el sol se alineará con el centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia (algo que ocurre cada 26.000 años), y el eje de la Tierra se equilibrará, para alinearse todos perfectamente de manera extraordinaria.
4. No hay más que una fuente específica de origen maya que sirve como interpretación de ese calendario, denominada “Código Dresde”, pues todos los demás documentos relacionados fueron destruidos por los conquistadores españoles.
5. El Código Dresde es interpretado por los expertos con el apoyo subsidiario de otras fuentes escritas como las profecías de Chilam Balam y el Popol Vuh.
6. De acuerdo con lo anterior, tal como está escrito lo que aparece en el Código Dresde, el 22 de diciembre de 2012 se puede presentar una de dos posibilidades
a. El fin del mundo como final de la vida del hombre sobre la tierra, con la llegada del dios creador (Padre Primero) de vuelta a la Tierra, a fin de juzgar y separa buenos de malos (en este caso, se piensa que habría una gran inundación que se encargaría de barrer con la vida por el mundo); o,
b. El fin de un ciclo de la vida, tal como la entendemos, y el inicio de una nueva era de la existencia humana.
Parece evidente, en la discusión del tema, la existencia de un componente mercadotécnico muy claro, que pone sobre el tapete la influencia de los medios masivos de comunicación sobre nuestro pensamiento y nuestras actividades diarias. Cine, prensa, editoriales, televisión, etc., se han encargado de sembrar el morbo alrededor de este tópico, de manera suficiente como para ocupar nuestra atención en distinto grado y con diversos resultados.
En alguno de los almuerzos pasados convinimos en explorar este tema (eso sí, sin mayores pretensiones). La única idea era separar un poco la paja del grano para formar opinión. Con ese fin, dedicaremos el almuerzo de hoy a dilucidar los méritos del tema, según el análisis de los estudiosos.
Esperamos que nos acompañen.
Saludos,
Carlos.
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